jueves, 4 de septiembre de 2008

¡Revisamos o erramos! Condiciones, criterios y medios para la Revisión Institucional Revolucionaria (II)

En el artículo anterior describíamos algunas condiciones, criterios y medios que se debían poner en práctica, como base para ir generando el proceso de transición institucional y organizacional al Socialismo. A continuación comparto algunos otros elementos que coadyuvarán a que paulatinamente este proceso acontezca:


1. El Equipo de Transición debe contextualizarse, es decir, conocer al máximo el territorio como los actores que inciden directa e indirectamente desde dentro o desde fuera en la institución u organización en la cual se intenta generar el proceso revolucionario. Esto implica varias cosas:

  • Asumir lo que Yawhé le dice a Moisés cuando le habla por medio de la zarza ardiente: “Quítate las sandalias, que el terreno que pisas es tierra sagrada” (Ex. 3,5) Es reconocer que como Equipo, no nos las sabemos todas, que el terreno institucional u organizacional no nos pertenece y hay que entrar “escuchando crecer la hierba”, intentando definir, caracterizar los modos de relación, la cultura organizacional, los medios explícitos y tácitos de comunicación, el modo cómo se toman las decisiones, como fluyen los lineamientos de mando y gestión, cómo acontecen los Lineamientos o no del Alto Gobierno, la calidad o bienestar brindado por la entidad pública, etc., de tal manera que teniendo todos estos elementos se tenga una visión global de la compleja realidad del ente sujeto de cambio como de los diferentes actores que el él interactúan.
  • Personalizar el proceso, es decir, que el proceso a emprender sea modelado a imagen y semejanza de la realidad a abordar. No confiarse en repetir recetas exitosas en otras partes (es bueno tener un portafolio de experiencias) sino adecuar los planes y procedimientos de transición a la especificad propia de la institución u organización previo el trabajo de escucha atenta, paciente de todos los elementos y variables anteriormente descritas. Para ello el Equipo de Transición debe realizar un DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO INSTITUCIONAL (DPI) adecuado inclusive al contexto sociopolítico, económico, antropológico-cultural de la región o zona como también que busque evaluar en los ámbitos cualitativo y cuantitativo estos elementos y las respuestas que el ente gubernamental está dando a las demandas y exigencias de los destinatarios de sus acciones. En este proceso deben participar, para propiciar desde el comienzo los procesos de participación y protagonismo social, todos los actores implicados, fundamentalmente la Base, ya que allí es donde “se cuecen las habas” y nos jugamos realmente el proceso de cambio. Si éstos no intervienen los resultados serán meros productos de expertos, no generando procesos de promoción y protagonismo social, de renovación ni de continuidad permanente en el tiempo de los cambios a realizar. “Los otros” excluidos del proceso, lo asumirán someramente porque tal vez es una directriz pero será el “cumpli-miento” lo que moverá sus acciones desentendiéndose y creando fracciones y trincheras opositoras a los procesos anejos que la transición al Socialismo implica.
2. Novedad, creatividad y bienestar: Con ello me refiero a que el proceso a emprender tenga claro y socialice, comunique desde el inicio los beneficios o valores agregados, el bienestar que generará tanto para la institución u organización, para las personas que participen en el proceso, la colectividad en general y su aporte específico en el proceso de operativización del Proyecto Nacional Simón Bolívar o Primer Proyecto Socialista (PPS) Debe permitir ver en perspectiva que soñar realísticamente (no como una quimera) es posible, que los cambios son posibles y que toda acción por pequeña que sea es valiosa en función de los cambios a imprimir.

3. Ser “bálsamo que cure y sane las heridas” y no “sal y limón que las profundice”. Ante ello el equipo de Transición debe evaluar y aplicar estrategias conducentes a minimizar la resistencia al cambio como también a evitar que se profundicen las heridas generadas muchas veces por los maltratos institucionales u organizacionales dados en el pasado o aconteciendo aún en el presente. Debe ayudar a romper la hegemonía del modelo capitalista neoliberal aún presente en nuestras instituciones donde las personas no son más que Recursos Humanos, desechables como cualquier otro recurso, donde la plusvalía (como excedente del trabajo humano) no beneficia a quien lo produce ni tampoco le garantiza condiciones de vida sana o que garantice su existencia.

4. Ser propositivos no impositivos, orientadores no directivos. No hay nada peor para un proceso de transición, cambio institucional u organizacional que el ser impositivos y directivos. Basta que quienes participen en estos procesos, “huelan” imposición o manipulación donde se quiera que “el agua se vaya a un (determinado) molino” para que “echen tierrita” y se vacunen negativamente en contra del mismo. Por ello el Equipo de Transición debe ser cuidadoso en cada uno de los pasos a dar, evaluando y decidiendo (en consenso) cada una de las estrategias a implementar según las situaciones o vicisitudes que se presentan en el devenir del proceso sin perder el horizonte inspirador como lo es poner las bases para la consolidación de la Suprema Felicidad Social en nuestro país a través de la institución u organización gubernamental en proceso de transición al Socialismo Bolivariano.

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